Versión morena de la Baba de moça, postre originario de Brasil que se diferencia de mis babas de moço en que las natillas de la base no son de chocolate. Como a Antonio pocas cosas hay que le gusten más que ese oscuro y amargo manjar, las he customizado un poco para conquistar su estómago con un postre chocolateado.
INGREDIENTES
2 huevos.
500 ml de leche entera o semidesnatada para las natillas
250 ml de leche entera o semidesnatada para cocer los merengues.
1 cucharada colmada de maicena.
5 cucharadas de azúcar.
75 g de chocolate para postres.
El zumo de un limón.
Derretimos el chocolate en un recipiente a fuego lento, con 400 ml de la leche y la mitad del azúcar (2 cucharadas).
Mientras, separamos las claras de las yemas de los dos huevos, reservamos las claras y en un tazón batimos las yemas con la maicena y 100 ml de leche. Añadimos la mezcla a la leche y el chocolate caliente y removemos sin parar hasta que espese.
Vertemos las natillas en copas sin llegar a la mitad y dejamos enfriar.
En un cazo ponemos a calentar un cuarto de litro de leche aproximadamente. Mientras esperamos a que hierva batimos a punto de nieve las claras que teníamos reservadas, añadiendo 3 cucharadas de azúcar poco a poco sin dejar de batir. Una vez el merengue esté consistente, lo cocemos en la leche hirviendo dejando caer pequeñas cucharadas. El Merengue flotará y se hinchará levemente. Dejamos cocinarse cada cucharada por ambos lados un minuto aproximadamente, y retiramos los merengues con una espumadera, colocándolos sobre las natillas de chocolate.
Hacemos un caramelo de limón: Dejamos derretir 2 cucharadas de azúcar más a fuego suave hasta que se caramelice (Cuidado con que no se queme), y añadimos el zumo exprimido de un limón. El caramelo se solidificará, pero no hay problema: A fuego muy lento y removiendo con una cuchara de madera se volverá a derretir mezclándose con el zumo. Cuando esté listo lo echamos por encima de los merengues.
Dejamos enfriar en la nevera.
En realidad podemos cambiar el orden de la receta y hacer antes los merengues, para aprovechar la leche donde hemos cocido éstos para hacer las natillas. Mientras las cocinamos (las natillas), dejamos los copos de clara de huevo cocinados sobre un paño de tela, que además absorverá el exceso de líquido que puedan rezumar. (Antes de utilizar la leche, es mejor colarla). Esto tiene la ventaja ahorrativa de no tirar la leche usada, pero con un poco de paciencia y habilidad en realidad lo que queda tras cocer los merengues uno a uno no es demasiada, y no manchamos ningún paño. Al final es cuestión de qué preferimos gastar: Leche o detergente. ;-)
A mi me da que ya lo tienes bien conquistado.
ResponderEliminarHay que probar esta version original y aun más golosa.
Helena
Pues el terreno conquistado no hay que dejarlo abandonado! :D
ResponderEliminarUmmm este postre BRasileño tiene que ser la mar de bueno... se ve muy goloso!
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