lunes, 31 de mayo de 2010

Licor café

Licor café... O la verdadera poción mágica de Panoramix.
Si hay algún licor que nos guste a los gallegos, es el licor café. Generalmente hecho con aguardiente casero, yo que sólo soy gallega de adopción, prefiero hacerlo con Ron porque el olor del "augardente" no me gusta demasiado (El sabor tampoco). Recetas hay muchas, esta es la mía y espero que os guste.



INGREDIENTES

Ron añejo.
Café en grano.
Azúcar.
Agua.
Opcional: Una ramita de canela.

Llenamos la tercera parte de una botella, bote, o garrafa, con café en grano (cuanto mejor sea el café, mejor será el licor), y añadimos la ramita de canela si nos gusta. A mí la canela me encanta, pero en este caso nunca la pongo porque el licor café me gusta que sólo sepa a café.
Rellenamos la botella con un buen ron y la dejamos reposar en un sitio oscuro y sin cambios de temperatura, a ser posible.

Un mes después lo colamos y reservamos.

Hacemos un almibar espeso con la misma cantidad de agua que de azúcar, y esta cantidad de agua vendrá dada por la cantidad de ron que tengamos preparado, y siempre será la tercera parte. (Vamos, que si tenemos un litro de ron una vez colado el café, pondremos 330 ml de agua a calentar, y el mismo volumen de azúcar). Hervimos a fuego lento unos minutos, hasta que se haya disuelto completamente el azúcar, y dejamos enfriar. El resultado será un almibar algo espeso, que le dará cuerpo al licor.

Una vez frío, mezclamos con el ron y agitamos bien. Tiene que estar frío porque si lo mezclásemos caliente se evaporaría el alcohol del licor. Antes de embotellar, podemos probar porque esta receta es muy personalizable. Si nos parece que el licor está poco dulce, siempre estamos a tiempo de añadir más almíbar, y si por el contrario somos poco golosos y preferimos algo más "cañero", pues con añadir un poquito más de ron, solucionado. Yo recomiendo ir probando hasta encontrar vuestra propia receta secreta.

martes, 4 de mayo de 2010

Tarta mousse de limón con galleta de chocolate.

La abuela de Antonio hace de vez en cuando una tarta de limón parecida a esta. Me dijo que lleva huevos, leche condensada, limón y gelatina, y especulando las cantidades hice este pastel, con la bonificación de la base chocolateada.



INGREDIENTES:

PARA LA BASE necesitaremos

220 g de harina
125 g de mantequilla a temperatura ambiente, en dados.
70 g de azúcar.
Un huevo.
30 g de cacao en polvo puro. (Yo usé marca Valor)
Una pizca de sal.

PARA LA MOUSSE necesitaremos

4 limones exprimidos
La cáscara rallada de dos de ellos.
4 claras de huevo.
2 yemas.
370 g de leche condensada (Una lata pequeña de las de "La lechera")
9 hojas de gelatina neutra.
Un poco de cremor tártaro si tenemos, pero es prescindible.



Hacemos una especie de masa quebrada, mezclando los ingredientes secos, a los que añadiremos los cubos de mantequilla. Frotamos con los dedos deshaciendo la mantequilla hasta obtener una mezcla de aspecto arenoso, y añadimos el huevo. Amasamos hasta integrar todo en una masa maleable de tacto muy parecido al de la plastilina. Si el huevo era muy pequeño necesitaremos añadir un poquitín de agua. Forramos el molde con esta pasta, cubrimos con papel de aliminio o vegetal, presionando bien contra los lados y el fondo, y rellenamos con alubias, garbanzos, o bolas de cerámica específicas para ello (Esto se hace para que la masa no suba o se desprenda de las paredes al coger calor y derretirse la mantequilla) Lo hornearemos 15 minutos a 150º con cuidado de que no se nos queme. Al resultar una masa negra no nos podemos orientar por el color dorado de los bordes así que mucho ojo. Una vez cocida la base, dejamos enfriar, retiramos el peso y reservamos sin desmoldar.

Nos ponemos con la mousse. Ponemos a hidratar la gelatina en agua fría. Vertemos la leche condensada en un cuenco grande. Una vez estén hinchadas las láminas de gelatina las escurrimos, y las deshacemos en el zumo de los limones que previamente habremos puesto a calentar. Removemos bien hasta su completa disolución y apartamos del fuego. Añadimos esta mezcla a la leche condensada, sin parar de remover. Añadimos también las ralladuras de limón. Dejamos enfriar removiendo de vez en cuando para saber cuándo la mezcla comience a espesar. Mientras tanto batimos las claras a punto de nieve con una pizca de sal y el cremor tártaro. Una vez que esté tan firme que podamos darle la vuelta al recipiente y no se desprendan de este, añadimos las yemas y seguimos batiendo. Este merengue con yemas lo añadiremos a la mezcla de leche condensada y limón, de manera muy delicada, con movimientos envolventes de abajo a arriba, para que se integren las dos pastas sin que se bajen las claras.
Volcamos sobre la base, asegurándonos antes de que está completamente fría, y decoramos con fideos de chocolate o ralladura de lima.

Yo recomiendo probar la mousse antes de volcarla en la base, porque si los limones son muy ácidos, o somos extremadamente golosos, puede que hiciese falta añadir un poco de azúcar (mejor glass, para que se disuelva más fácilmente).

Metemos en la nevera hasta que la gelatina cuaje del todo. Mejor sería dejarla preparada del día anterior pero con unas horas bastará.


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Cachopitos enrollados con rebozado de ajónjoli.

¡Un montón de tiempo sin actualizar! He encontrado tantos otros blogs de cocina interesantes que me he pasado el tiempo haciendo recetas suyas, algunas con buen resultado, otras no tanto, que no he hecho apenas recetas nuevas para subir. Ayer tocaron estos cachopos en miniatura. Si quereis comer cachopo de verdad, id a Asturias y llevad bicarbonato. :)



INGREDIENTES:

Escalopines de ternera.
Queso semicurado.
Jamón serrano.

PARA EL REBOZADO ESPECIAL:

Regañas de ajónjoli.
Huevo batido.
Harina.
Pizca de sal.


Trituramos las regañas de ajónjoli hasta hacerlas polvo. Los rebozados caseros (no hechos con pan rallado comercial) quedan crujientes y además se les puede aportar un montón de sabores. Podemos triturar pan de aceitunas seco, tostadas multicereales, incluso galletas maría, como ya hemos visto en las croquetas Pozarsky.

Golpeamos los escalopines con el dorso de un cuchillo ancho para hacerlos aún más finos si cabe. Colocamos sobre cada uno una loncha de jamón serrano de su tamaño, y enrollamos con cada uno un palito de queso semi curado. Para que los rollitos no se abran podemos recurrir al palillo, pero yo prefiero ser un poco más lenta y pegar cada borde con huevo batido, para que luego no molesten en el plato.

Rebozamos con harina primero, huevo batido después, y finalmente el pan rallado casero. Insistimos en los extremos de los canutillos mojando otra vez en huevo y pan rallado. Apretamos bien y metemos en la nevera mientras preparamos la guarnición.

Freír en abundante aceite muy caliente hasta que se doren. Al ser carne de ternera no necesitamos que el tiempo de fritura sea muy largo, al contrario, conviene que por dentro la carne quede rosadita pero que el queso esté derretido.