Tampoco llevan bechamel, ni patata, el interior es una casi espuma de miga de pan, leche y pollo triturado. El resultado es un bocado muy suave en el interior de una corteza dulce y crujiente.
INGREDIENTES
250 g de pechuga de pollo.
150 g de miga de pan remojada en leche y escurrida.
25 mantequilla ablandada.
1 huevo.
4 galletas tipo "María" molidas.
Sal, y pimienta negra.
Triturar el pollo y una vez que está casi convertido en una pasta, mezclar con el pan remojado en leche y la mantequilla previamente fundida. Añadir sal y pimienta al gusto. Mezclar bien.
Formar croquetas redondas u ovaladas y rebozarlas en huevo y galleta molida. Freír en abundante aceite y durante bastante tiempo para que no queden crudas por el centro. Escurrir sobre papel absorvente y servir calientes.
He pensado en castellanizar un poco la receta y añadir ajo y perejil a la receta original, porque en conjunto las croquetas son bastante insípidas, pero quizá estos condimentos y el sabor a galleta no combinen demasiado bien. Cuando haga el experimento, os diré qué tal resulta esto de la mezcla de culturas ;-)
A día de hoy he comprobado que saben mejor aumentando la cantidad de pollo y disminuyendo la de miga de pan remojada en leche. Y que el rebozado está mucho más bueno si las galletas tipo maría no son Doradas al huevo, que dan un sabor demasiado fuerte y además inutilizan el aceite de freír porque lo aromatizan muchísimo.
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