martes, 31 de marzo de 2009

Ruedas de berenjena y queso emmental



INGREDIENTES

1 berenjena gordita.
100 g Queso Emmental en lonchas.
Ajo en polvo.
1 huevo.
Harina y pan rallado para empanar.
Aceite de oliva para freír.
Sal.

En primer lugar cortamos la berenjena en rodajas muy finas (tanto como podamos) y las dejamos a remojo en agua con abundante sal para que expulsen el líquido amargo que tienen en su interior. Con una hora será suficiente. Escurrimos el agua donde estaban a remojo y las secamos con un paño de cocina. Los trozos de las esquinas que harían unas rodajas muy pequeñas podemos aprovecharlas para hacer Croquetas.



Espolvoreamos las rodajas de berenjena con ajo en polvo, y escogiendo de dos en dos (según su tamaño), hacemos pequeños emparedados con dos rodajas de berenjena y una loncha de queso emmental en el medio.

Pasamos por harina de trigo, huevo batido y pan rallado, y freímos en abundante aceite hasta que las ruedas estén doradas por ambos lados.

Dejamos escurrir sobre papel de cocina (que absorberá el exceso de aceite) y servimos calientes.

Costillas a la barbacoa (En papillote)


INGREDIENTES

Un par de costillas de cerdo por persona.
Un par de patatas pequeñas por persona.
Cuatro cucharadas soperas de ketchup.
20 g de miel suave.
1 cucharadita de mostaza en grano.
Romero fresco.
Laurel.
Perejil.
Tomillo.
Sal y pimienta.
Papel de aluminio.

En un bol, mezclamos los ingredientes de la salsa: El ketchup con la miel, y las hierbas frescas o secas muy picadas. Con la pasta resultante pintamos las costillas de cerdo por los dos lados, generosamente.

Envolvemos las costillas, trozo a trozo, en rectángulos de papel de aluminio: Colocamos la carne en el medio de cada rectángulo, y lo doblamos a lo ancho de manera que el paquete quede abierto por 3 de sus 4 lados. Enroscamos entonces estos bordes abiertos de manera que el paquete (papillote) quede herméticamente cerrado y no pueda escapar el vapor durante la cocción. Por este motivo tendremos cuidado de que no se nos rompa el papel de aluminio mientras hacemos los papillotes.

Envolvemos aparte las patatas sin pelar (bien lavadas) en paquetes individuales.

Metemos todos los paquetitos al horno, 170Cº durante aproximadamente una hora. Cuidado al desenvolverlos porque el vapor QUEMA MUCHO.

Podemos servir las patatas asadas con alioli o mayonesa.

Galletas de dátiles y chocolate



Galletas facilísimas de hacer.

INGREDIENTES (He utilizado tazas de 250 ml):

180 g de mantequilla.
1/2 taza de azúcar.
1 huevo.
1 1/2 tazas de harina de fuerza.
1/2 taza de dátiles.
1/2 taza de perlas de chocolate.
1 cucharadita de canela en polvo.

Con unas varillas, batimos la mantequilla (a temperatura ambiente) con el azúcar hasta que obtengamos una pomada espumosa:



Añadimos el huevo y volvemos a batir.

Añadimos también el chocolate, los dátiles deshuesados y picados en trozos pequeños, la canela, y poco a poco, la harina, removiendo con la cuchara sin llegar a amasar.

Disponemos bolitas de la masa sobre una bandeja de horno engrasada, y las aplastamos con los dientes de un tenedor. Horneamos (Siempre precalentado) a 190 Cº durante 10 ó 12 min, o hasta que comiencen a dorarse. Las dejamos enfriar en la misma bandeja durante unos minutos hasta que se endurezcan (recién salidas del horno todavía estarán blanditas y quebradizas), y luego pasamos a una rejilla para que se terminen de enfriar completamente antes de guardar en un bote hermético.

Las bases para el risotto

El risotto es una comida tradicional del noroeste de italia, cuyos ingredientes principales son arroz, caldo, y algún lácteo que aporte la calidad mantecosa de la que el risotto hace gala. La particularidad de la preparación es que no se cocina el arroz con la cantidad total de agua desde un principio, si no que el líquido se va añadiendo poco a poco de manera que el arroz va soltando el almidón y volviendo cremoso el plato. Pero tan importante como la preparación son los ingredientes, vamos a hacer un pequeño repaso:

El arroz: Es importante el tipo de arroz que utilizaremos como ingrediente principal. Ha de ser un arroz corto y con mucho almidón; excluídos quedan los arroces de grano largo y sobre todo los vaporizados. En el mercado podemos encontrar una gama de arroces especiales para risotto entre los que encontramos el arborio, el carnarolio o violone nano. Si observamos los granos con detenimiento, podemos apreciar que cada uno de ellos tiene una perlita blanca en el centro que los hace especiales. Si no disponemos de estos tipos de arroz, podemos recurrir a arroz bomba o a cualquier redondo, y , como ya dije, huyendo de los granos largos y vaporizados.



El caldo: Lo mejor es hacer un caldo casero que no sea demasiado fuerte (o su sabor se convertiría en el protagonista del plato) ni demasiado salado (porque al hervir y evaporarse parte del agua, la concentración de sal aumentaría en el plato). Por este mismo motivo es mejor rectificar de sal al final de la cocción. Es imprescindible mantenerlo caliente según lo vayamos añadiendo al arroz, para que no corte la cocción del mismo. La cantidad que utilizaremos será más o menos de litro y medio de caldo por cada medio kilo de arroz.

El sofrito: La base del risotto es un sofrito de verduras. El más sencillo es de ajo y cebolla, aunque también pueden añadirse otras verduras: Zanahoria, pimiento, tomate, puerro... a gusto del cocinero. La cantidad también puede variar dependiendo de nuestra apetencia.

El lácteo: El aporte graso de un risotto. Mantequilla, nata o queso, que se añade al final de la cocción y que convierte un plato de arroz cocido en una delicia para el paladar. El mejor queso es el Parmesano (Parmesano Reggiano) aunque también es delicioso el Grana padano. Otras recetas incluirán queso de cabra, de oveja, o algún otro queso que aporte un sabor especial. Lo normal son 100 g por cada 500 de arroz.

El proceso: Una vez elegidas las verduras, se sofríen en aceite y mantequilla hasta que estén en el punto. Sobre ellas se añade el arroz (100 g por persona si el risotto no lleva muchos ingredientes, y menos cantidad si se le van a añadir muchas verduras, carnes... etc) y se deja al fuego para que el arroz se caliente. A este proceso se le denomina TOSTATURA y habremos de dejarlo al fuego hasta que el arroz comience a crepitar. Entonces añadiremos un vaso de vino blanco que aportará un aroma especial al plato. Al añadirlo sobre el arroz caliente se evaporará enseguida, y escucharemos un ruido parecido a un suspiro que los italianos denominan precisamente así, SOSPIRO. Una vez evaporado el alcohol del vino, añadimos el primer cacito de caldo, que mantendremos en otro fogón a una temperatura cercana a la ebullición, para que al añadirlo al risotto no corte la cocción del arroz.
Añadimos cacito a cacito, removiendo despacio para no romper los granos de arroz, y dejando que éste absorva el líquido del cacito anterior antes de añadir el siguiente, pero siempre sin dejar que se seque completamente.

Cuando hayan pasado entre 15 y 20 minutos (dependiendo del tipo de arroz) y los granos estén casi "al dente", añadimos la materia grasa (MANTECARE) y dejamos que se funda, integrándose en el caldo y uniendo su sabor al del arroz. Probamos y corregimos de sal, porque dependiendo de los ingredientes que añadamos y de lo salado que esté el caldo que usemos, puede necesitar o no un punto más de sal.

Dependiendo de los ingredientes que queramos que acompañen al risotto, éstos se añadirán a media cocción de éste o casi al final, dependiendo del tiempo que precisen para cocinarse; así, carne cruda se la añadiremos 10 minutos antes de que el arroz esté listo, pero si está ya cocinada, como en el Risotto de pechuga braseada, casi al final de la elaboración.

Con estas nociones podemos atrevernos ya con casi cualquier receta de risotto. Es muy fácil improvisar platos sobre esta base, sólo hay que tener un poco de paciencia y los ingredientes adecuados.

¡Ya me contareis qué tal!

Risotto de pechuga braseada a la mostaza

Tres cosas son importantes para conseguir un buen risotto: Un arroz adecuado, un buen caldo (de verduras o de ave en este caso), y paciencia a la hora de cocer el arroz. La mayoría de las recetas de rissoto parten de una base de sofrito de verduras al que se añade el arroz, y se cocina a fuego lento añadiendo el agua lentamente hasta que casi está hecho, momento en el que se añade el ingrediente graso (queso, nata o mantequilla) que es el que va a darle el punto de cremosidad al plato, pero mejor explico esto en más profundidad AQUÍ y ahora nos referimos sólo a este rissoto en concreto.



INGREDIENTES (para 4 personas):

400 g de arroz (esto dará cuatro raciones más que generosas)de tipo arborio, carnaroli o vialone nano.
1 1/4 l de caldo ligero de pollo o caldo de verduras.
1 cebolla picada muy fina.
Un ajo picado.
200 ml de vino blanco.
75 g de parmesano (a ser posible lo rallaremos en el momento de ser utilizado)
75 de mantequilla.
Dos cucharadas de aceite de oliva.
1 cucharada sopera de mostaza a la antigua.
Sal y pimienta. Perejil fresco.
150 g de pechuga braseada de pavo (o jamón asado)

Ponemos a calentar el caldo. Es importante para no añadirlo frío al arroz y que la cocción del mismo sea perfecta, sin cambios de temperatura, de manera que lo mantendremos caliente durante todo el proceso. No hace falta que hierva, pero sí que esté a punto de hacerlo.

Sofreímos el ajo y cebolla picada en la mitad de la mantequilla derretida en el aceite de oliva. Cuando esté transparente añadimos el arroz y removemos hasta que empiece a crepitar (tostatura). En este momento añadimos el vino blanco y dejamos evaporar hasta que se elimine todo el alcohol (sospiro).

Tras un minuto o dos comenzamos a añadir agua al arroz, poco a poco. Primero un cacillo, y removemos hasta que desaparezca parte del agua pero sin que el arroz nunca llegue a secarse del todo. El secreto de un buen risotto es que sea cremoso pero los granos de arroz estén enteros, para lo cual no debemos remover demasiado rápido durante su cocción ni dejar que se reseque en ningún momento. Añadimos otro cacillo, removemos hasta que el arroz lo absorva, y añadimos otro más. Así iremos añadiendo más y más líquido mientras el arroz lo admita y hasta que esté en su punto, que será entre 15 y 20 minutos después de haber añadido el primer cacillo de agua (depende del tipo de arroz y el gusto del consumidor, consultar el paquete). Unos minutos antes de acabar la cocción añadimos la pechuga de pavo desmenuzada con los dedos y la mostaza en grano.

En este momento añadimos el resto de la mantequilla y el parmesado recién rallado (mantecare). Removemos para que se fundan y se mezclen todos los ingredientes, corregimos de sal y dejamos reposar un par de minutos antes de servir. Podemos adornarlo con unas lascas de queso parmesano.

sábado, 28 de marzo de 2009

Baba de moço

Versión morena de la Baba de moça, postre originario de Brasil que se diferencia de mis babas de moço en que las natillas de la base no son de chocolate. Como a Antonio pocas cosas hay que le gusten más que ese oscuro y amargo manjar, las he customizado un poco para conquistar su estómago con un postre chocolateado.


INGREDIENTES

2 huevos.
500 ml de leche entera o semidesnatada para las natillas
250 ml de leche entera o semidesnatada para cocer los merengues.
1 cucharada colmada de maicena.
5 cucharadas de azúcar.
75 g de chocolate para postres.
El zumo de un limón.

Derretimos el chocolate en un recipiente a fuego lento, con 400 ml de la leche y la mitad del azúcar (2 cucharadas).
Mientras, separamos las claras de las yemas de los dos huevos, reservamos las claras y en un tazón batimos las yemas con la maicena y 100 ml de leche. Añadimos la mezcla a la leche y el chocolate caliente y removemos sin parar hasta que espese.

Vertemos las natillas en copas sin llegar a la mitad y dejamos enfriar.

En un cazo ponemos a calentar un cuarto de litro de leche aproximadamente. Mientras esperamos a que hierva batimos a punto de nieve las claras que teníamos reservadas, añadiendo 3 cucharadas de azúcar poco a poco sin dejar de batir. Una vez el merengue esté consistente, lo cocemos en la leche hirviendo dejando caer pequeñas cucharadas. El Merengue flotará y se hinchará levemente. Dejamos cocinarse cada cucharada por ambos lados un minuto aproximadamente, y retiramos los merengues con una espumadera, colocándolos sobre las natillas de chocolate.

Hacemos un caramelo de limón: Dejamos derretir 2 cucharadas de azúcar más a fuego suave hasta que se caramelice (Cuidado con que no se queme), y añadimos el zumo exprimido de un limón. El caramelo se solidificará, pero no hay problema: A fuego muy lento y removiendo con una cuchara de madera se volverá a derretir mezclándose con el zumo. Cuando esté listo lo echamos por encima de los merengues.

Dejamos enfriar en la nevera.



En realidad podemos cambiar el orden de la receta y hacer antes los merengues, para aprovechar la leche donde hemos cocido éstos para hacer las natillas. Mientras las cocinamos (las natillas), dejamos los copos de clara de huevo cocinados sobre un paño de tela, que además absorverá el exceso de líquido que puedan rezumar. (Antes de utilizar la leche, es mejor colarla). Esto tiene la ventaja ahorrativa de no tirar la leche usada, pero con un poco de paciencia y habilidad en realidad lo que queda tras cocer los merengues uno a uno no es demasiada, y no manchamos ningún paño. Al final es cuestión de qué preferimos gastar: Leche o detergente. ;-)

miércoles, 25 de marzo de 2009

Croquetas de pollo y berenjena.

Siempre que hago croquetas me vienen a la mente las señoras de la serie televisiva "Aquí no hay quien viva", que hacían arte con el reciclaje de las sobras culinarias más típico de España: Las croquetas. En este caso el afortunado modelo que inspiró a las musas fue un pedazo de pollo que sobró después de hacer unas "Croquetowskas" que acabó formando parte de una versión más "cañí" de las mismas:



INGREDIENTES:

Una cebolla.
Media berenjena.
150 g. de harina de trigo.
25 g de mantequilla.
Dos cucharadas de aceite de oliva.
500 ml de leche semidesnatada.
Una pechuga de pollo asado,cocido o a la plancha, generalmente que haya sobrado de otro plato.
Sal, pimienta, y nuez moscada.
1 huevo.
Harina y pan rallado para rebozar.

Previamente procuraremos eliminar el jugo amargo de la berenjena: La cortamos en dados pequeños y la sumergimos en agua salada durante una hora aproximadamente. Cuando la vayamos a usar la escurrimos bien. El agua se habrá teñido ligeramente de verde con las exudaciones del vegetal y al desechar este agua tiraremos por el desagüe el posible regusto amargo de la berenjena.

Una vez hecho esto,en una cacerola se derrite la mantequilla junto a las dos cucharadas de aceite de oliva, y en esta mezcla se pocha la cebolla picada muy fina. Se añade entonces la berenjena en dados, y la dejamos cocinarse a fuego fuerte unos 3 ó 4 minutos.

Añadimos entonces la harina, y la dejamos tostarse ligeramente y absorber los jugos de las verduras. Poco a poco y removiendo sin parar con una cuchara de madera, iremos añadiendo la leche hasta obtener una bechamel espesa.

Añadimos el pollo desmenuzado y después de condimentar al gusto con sal, pimienta, y nuez moscada, cocinamos la mezcla unos 10 minutos sin dejar de remover. Una vez transcurrido ese tiempo (menos tiempo de cocción en la bechamel provocará que las croquetas sepan a harina cruda) vertemos la mezcla en una fuente de fondo amplio y dejamos enfriar.

Una vez fría, la bechamel tendrá una consistencia bastante más sólida que recién hecha, y es entonces cuando podemos modelar las croquetas, rebozarlas en harina, huevo batido y pan rallado, en ese orden.

Se fríen en abundante aceite muy caliente y se sirven enseguida.

Pollo al romero con ñoquis

Hacer pollo al horno siempre es muy fácil y las combinaciones de condimentos y salsas son infinitas. Como hacer los ñoquis ya es bastante tarea, el pollo lo cociné de esta manera tan sencilla.



INGREDIENTES (Para dos personas)

Dos trozos de pollo.
Un ramito de romero fresco.
Unas ramitas de perejil.
Un ajo.
Sal y pimienta.

Machacamos el ajo (pelado y sin el brote central) en un mortero, y añadimos las hierbas frescas, la sal y la pimienta.

Embadurnamos los trozos de pollo con este majado y lo cocinamos en el horno a 180Cº durante hora y media, dándole la vuelta a mitad de la cocción y subiendo la temperatura del horno a 220Cº los últimos cinco minutos para tostarlo.

Durante ese tiempo hacemos Los ñoquis de la abuela de Antonio y lo acompañamos todo con salsa de tomate casera y parmesano rallado.

Ñoquis de la abuela de Antonio (Gnocchis)

Una de las especialidades culinarias de la abuela de Antonio son los ñoquis con pollo y tomate. Me ha dado la receta y algo parecido me ha salido, pero aún tienen bastante que mejorar para llegar al punto de exquisitez que ella consigue. La receta es muy sencilla, lo único trabajoso es modelar los ñoquis uno a uno, y cuantos más comensales ¡Peor!



INGREDIENTES (Para 4 personas)

400 g de patata cocida.
150 g de harina de trigo.
50 g de mantequilla.
1 huevo.
1 pizca de sal.

Una vez cocidas las patatas ya sin piel, y todavía tibias, se desmenuzan con las manos hasta formar un puré, sin preocuparnos demasiado de que quede fino porque al amasarlo con la harina ya se mezclará y desmenuzará todo perfectamente.
Añadimos el huevo, la sal, la mantequilla, y trabajamos con las manos sobre una superficie enharinada hasta obtener una masa que no se pegue a los dedos. En varias ocasiones me he sentido tentada de añadir más harina porque así la mezcla resulta más fácil de trabajar y los ñoquis terminados no se pegan entre ellos, pero he comprobado que cuanta más harina, más pesados, duros y a la vez pegajosos se notan en la boca.

Siempre sobre una superficie enharinada formamos cilindros con esta masa, (de no más de dos centímetros de diámetro), y los cortamos en rodajas. Cada uno de esos pedazos se modela al gusto del cocinero: Yo he formado bolitas que luego he hecho rodar sobre los dientes de un tenedor.



Según los vayamos terminando los colocamos en una fuente (o sobre la encimera) todo siempre bien enharinado, cuidando de no apilarlos ni ponerlos muy juntos, porque se pegarían entre sí. Por esto es recomendable hacerlos justo antes de que se vayan a cocinar.

En una olla con abundante agua salada, y una vez que ésta llegue al punto de ebullición, cocemos los ñoquis, que se hundirán nada más echarlos al agua, hasta que salgan a flote. Un minuto más o menos. Son de elaboración lenta pero de cocción rápida.

Se pueden servir simplemente así cocidos, acompañados por la salsa elegida, o pasarlos por la sartén con un poco de mantequilla o aceite para que se tuesten ligeramente por el exterior. (Yo suelo hacerlos así).

lunes, 16 de marzo de 2009

Babka de pan integral con manzana

Este pastel de origen ruso debería hacerse en un molde circular, ya que su nombre significa ‘abuela’, y, copio de la wikipedia: "alude probablemente a la forma del pastel, un cilindro alto, a veces con ondulaciones que recuerdan los pliegues de una falda". Yo lo he hecho en un molde de cake rectangular porque éramos pocas personas y el resultado ha sido bueno también.



INGREDIENTES (Para un molde de 30x12 cm).

Ocho rebanadas de pan de molde integral sin corteza.
Tres manzanas reineta.
Cinco cucharadas soperas de azúcar.
300 ml de leche del tiempo.
Un huevo.
La corteza rallada de un limón.
150 g de mantequilla blanda.

Engrasamos generosamente las paredes del molde con mantequilla y reservamos, mientras precalentamos el horno a 180 Cº.

Batimos el huevo y añadimos dos cucharadas de azúcar y la leche. Batimos bien hasta que se unan los ingredientes. Remojamos en esta mezcla las rebanadas de pan y vamos colocándolas forrando el fondo y las paredes del molde. Remojamos también el pan suficiente para cubrir el molde una vez relleno.

Pelamos las manzanas y las troceamos en cubos de 1 cm en un cuenco, donde añadiremos el azúcar restante y la mantequilla que haya quedado después de engrasar el molde. Añadimos también la ralladura del limón, una cucharadita de canela en polvo y todo el pan que nos haya sobrado de la operación anterior, cortado como la manzana, en dados pequeños.

Rellenamos el molde y aplastamos bien con las manos o con una cuchara de madera. Cubrimos con las rebanadas anteriormente reservadas y horneamos 40 minutos a 180Cº.

Servimos caliente y espolvoreado con canela. Queda muy bien acompañado de una bola de helado de vainilla. El contraste entre el pastel de manzana caliente y el helado es delicioso.

Crema verde de espárragos trigueros y calabacín

Lo más importante de esta receta es que los espárragos verdes estén bien pelados y sin hilos. Aunque parezca que sí, la batidora no va a desintegrar las fibras exteriores de los espárragos y es muy desagradable al paladar encontrárselos. Otra opción si no se tiene el tiempo necesario para pelarlos a mano es cocerlos enteros y pasar la crema por el pasapurés o el chino, pero como no lo he probado, no puedo asegurar que vaya a quedar perfecto.



INGREDIENTES (Para dos personas)

Una docena de espárragos verdes.
Una cebolla.
Dos dientes de ajo.
Una patata grande.
Un calabacín.
Una cucharadita de pimentón dulce.
Un yogur natural.
Un trocito de pimiento rojo.
100 ml de leche.
Aceite de oliva, sal y pimienta.

En una olla con abundante agua salada, cocemos a un tiempo la patata pelada y cortada en cuatro, los espárragos y el calabacín bien lavado (sin pelar) y cortado a la mitad. Cuando todas las verduras estén en su punto, escurrimos casi toda el agua y reservamos.

En una sartén con un chorrito de aceite de oliva sofreimos la cebolla y el ajo cortados, durante unos diez minutos, momento en el que añadimos la cucharadita de pimentón y lo dejamos freír unos segundos sin que llegue a oscurecerse.

Añadimos el sofrito a las verduras cocidas y lo trituramos todo, añadiendo leche hasta obtener la consistencia deseada. Corregimos también de sal.

En el momento de servir añadimos medio yogur natural batido por persona (La flor la he formado con un palillo) y trocitos de pimiento rojo a la plancha.

jueves, 5 de marzo de 2009

Salsa de mostaza.

Esta salsa vale para servir con cualquier verdura, carne o pescado , en este caso blanco y rebozado.


INGREDIENTES (para 3 raciones)

Una cebolla.
Un ajo.
Una cucharada de mostaza a la antigua.
300 ml de leche.
Una cucharada colmada de harina de trigo.
Sal.

Pochamos la cebolla y picada muy fina con el ajo hasta que esté transparente. Añadimos entonces la mostaza en grano, sofreimos unos minutos más (se evaporará el vinagre de la mostaza y olerá bastante infernalmente), y agregamos la harina removiendo constantemente.

Cuando la harina se haya disuelto en los jugos del sofrito, añadimos la leche poco a poco, removiendo sin parar, hasta formar una bechamel ligera. Dejamos cocinar unos 8 minutos, y corregimos de sal.

Pasamos por la batidora para que el tacto sea más delicado y servimos caliente.



Espirales de canela y pistacho

Unas son de pistacho, y otras de canela, pero la masa es la misma.


INGREDIENTES (para unas 50 unidades)

180 g de mantequilla o margarina.
1 taza y cuarto de azúcar.
Unas gotas de esencia de vainilla.
Dos huevos.
3 tazas de harina aprox.
1 cucharadita de levadura en polvo.
1 cucharada sopera de canela en polvo.
4 cucharadas de azúcar glass.
2 cucharadas de leche.
1/2 taza de pistachos sin cáscara.

Se bate la mantequilla y el azúcar hasta obtener una pasta esponjosa. Entonces se agrega un huevo entero y la yema del otro. Reservamos la clara. Añadimos también la harina y la levadura hasta obtener una masa consistente que se pueda moldear.

Preparamos los rellenos:

Montamos la clara en punto de nieve y le añadimos el azúcar glass. A la mitad le añadimos los pistachos, sin cáscara, sin piel interior en la medida de lo posible, y picados bastante fino. La pasta ha de quedar fluida, que se pueda esparcir fácilmente por la masa de galleta. Si está demasiado espesa, añadiremos leche hasta obtener la consistencia deseada.

A la otra mitad de la clara le añadimos la canela.

Cortamos la masa en dos partes iguales, y las extendemos con la ayuda de un rodillo hasta dejarla de medio centímetro de grosor (como máximo, cuanto más fina más bonita quedará la espiral) y con forma de rectángulo.
Una de ellas la cubrimos con el relleno de pistacho, y la otra con el de canela.
Comenzamos a enrollar la masa sobre sí misma (por el lado más estrecho) hasta conseguir un cilindro firme. Lo envolvemos en papel film como si fuese un caramelo y enrollamos el borde sobrante apretando, hasta conseguir una especie de salchicha sin aire.
Lo dejamos reposar dentro de la nevera hasta que esté firme.
Una vez pasado el tiempo necesario para que la masa se endurezca, lo desenvolvemos y lo cortamos en rodajas de un centímetro aproximadamente. El cuchillo ha de limpiarse cada vez o el corte quedará sucio.
Horneamos sobre bandejas engrasadas o papel de horno unos 10-15 minutos a 180 Cº, intentando que no se doren demasiado. Las dejamos enfriar en la bandeja y pasamos a una rejilla para que se enfríen completamente antes de guardar en un tarro hermético.

Tortitas de queso quark

La receta original llevaba requesón pero como en la tienda no había yo usé queso quark. En último caso también se podrían utilizar petit suisse, adaptando la cantidad de azúcar en la receta si estos ya vienen azucarados.


INGREDIENTES

Un huevo.
200 g de requesón, quark o petit suisse natural.
Azúcar: si es para acompañar una comida, basta con media taza, si es para comer solos, una y media e incluso dos.
Una cucharilla de sal.
Una cucharilla y media de levadura.
Harina: la que admita la masa. (unas tres tazas).
Margarina para engrasar la sartén.

Como veis las cantidades de harina y azúcar depenen mucho del uso o los gustos del cocinero. Después de batir el huevo con el queso quark, el azúcar y la sal, añadimos la levadura y la harina poco a poco, primero en un bol grande, pero después pasandolo a una superficie de trabajo enharinada. Amasamos con las manos hasta obtener una masa suave pero que guarde la forma.

Cortamos trozos de tamaño parecido y los modelamos formando pequeñas tortitas de no más de un centímetro de grosor. En una sartén previamente engrasada con margarina, las cocinamos a temperatura baja. Crecerán el doble de su tamaño.

Las dejamos hacerse al menos durante cinco minutos y hasta que se tuesten ligeramente. Cuidado con la temperatura de la sartén porque se queman enseguida. El resultado son unas tortitas muy muy suaves y esponjosas. Perfectas para acompañar platos con salsa pero también para comer solas, con mermeladas o para el desayuno. No aguantan bien el paso de las horas así que es mejor preparar sólo las que se vayan a consumir.