miércoles, 30 de septiembre de 2009

Tempura de flores de calabacín.

Fresquitas, fresquitas, recién cogidas de mi huerto... Quien las encuentre en el mercado sólo tiene que tener dos cosas en cuenta: Que de camino a casa puede que tomen un aspecto mustio, pero se arreglará en un par de horas si las dejamos en agua fresca, y que hay que lavarlas muy pero que muy bien por el interior y el exterior para evitar consumir insectos que las hayan convertido en su hogar, babillas de caracol, o peor, fitosanitarios varios.



INGREDIENTES:

Flores de calabacín.
Preparado para tempura ó
harina de trigo y agua fría.
Sal.
Aceite de oliva.

Al ser recolectora propia, tengo la opción de escoger, y este año por escasez de plantas de calabacín, sólo he recogido un ramillete de flores, y además sólo algunas macho, para dejar que las hembras desarrollen el fruto (Aunque sólo ha sido en beneficio de caracoles y babosas, pero ese es otro tema). Podemos distinguir las flores macho de las hembras en que las primeras tienen el peciolo (rabito) más largo, sin ningún tipo de engrosamiento en la base de la flor, y las hembras, además del peciolo corto, en cuanto se fecundan comienzan a desarrolar el fruto en la base de la flor, sin que ésta se estropee enseguida. Estos "minicalabacines" con sombrero floreado también pueden rebozarse y comerse en tempura, y están deliciosos, incluso mejores que las flores macho que yo he utilizado.

Después de remojar las flores en agua (con unas gotas de vinagre, para que los insectos se desprendan mejor), lo único que hay que tener en cuenta antes de ponerse a rebozar, es retirar los sépalos (esas hojitas verdes que nacen bajo los pétalos amarillos) y los estambres, que en estas flores se encuentran soldados en una sola pieza, en el interior de los pétalos (En caso de ser flores hembra, retiraremos el pistilo). Este órgano sexual no lo retiramos por impúdico, que también, si no porque sabe amargo y está muy duro.


Después de estos sencillos pero necesarios pasos, sólo hay que dejarlas secar bien, impregnarlas en harina seca, y luego pasarlas por la tempura (Masa compuesta de harinas que se mezclan con agua muy fría) y freirlas en aceite muy caliente, retirandolas a medida que se vayan dorando.

Ensalada de salmón al jengibre.

Una ensalada muy, pero que muy aromática y de exótico sabor agridulce. Las cantidades de los ingredientes pueden variar según los gustos de los comensales. Yo echo mucho sésamo y bastantes pasas de Corinto.


INGREDIENTES (para dos personas):

Un paquete de 100 gramos de salmón ahumado.
100 g de arroz jazmín.
Un puñado de uvas pasas de corinto.
Un puñado de sésamo tostado.
Una lata pequeña de maíz dulce.
Queso semicurado cortado en taquitos.
Zanahoria cruda pelada y cortada en brunoise.
Un trozo de jengibre (tamaño de un azucarillo más o menos)picado a máquina hasta convertirse en una pasta.
La ralladura de medio limón.
Sal, albahaca fresca o seca.

Lavamos el arroz jazmín antes de cocerlo 9 minutos en abundante agua con sal y unas hojitas de albahaca. Una vez cocido lo escurrimos y lo dejamos enfriar removiendo de vez en cuando para separar los granos. Una vez frío, añadimos el resto de ingredientes y mezclamos bien.

Se puede servir con salsa rosa o con una vinagreta simple a la que podemos añadir miel y jengibre rallado.

Pimientos fritos rellenos de berenjenas y arroz.

Para explicar esta receta me surge una duda que intentaré contaros... los pimientos que utilicé son los obtenidos de las semillas que planté esta primavera, y aunque creo que éstas, que había guardado del año pasado, eran recolectadas de pimiento morrón, el aspecto de los frutos de unas cuantas plantas es más bien de piquillo. Sin embargo el tamaño y el sabor son definitivamente morrones. Supongo que los que encontrareis en supermercados y verdulerías también valdrán para esta receta, aunque serán más difíciles de sellar con pan rallado, sigo suponiendo, por tener la tapa más ancha. La cuestión es probar.


INGREDIENTES (para dos personas):

Dos o tres pimientos, dependiendo del tamaño.
Dos berenjenas pequeñas o una grande.
Dos dientes de ajo.
Una cebolla grande.
100 gramos de arroz.
Un huevo batido.
Pan rallado.
Sal.

Pelamos y cortamos en dados las berenjenas, y las dejamos en una fuente honda con agua muy salada, hasta el momento de usarlas, para que expulsen el jugo amargo.

Con un cuchillo afilado, cortamos la tapa de los pimientos procurando que salga entera, y les quitamos las semillas con cuidado. Lavamos bien por dentro y por fuera. Reservamos.

Cocemos el arroz en agua salada, según las indicaciones del paquete, dependiendo del tipo. (Bomba unos 20 minutos, basmati 10.. etc.)

Cortamos la cebolla y el ajo en brunoise, y los sofreímos en un chorro de aceite de oliva y con un pellizco de sal, 15 minutos a fuego lento, hasta que empiece a dorarse. Añadimos entonces los dados de berenjena, una vez los hayamos lavado y retirado el agua. Pochamos otros diez minutos, y añadimos el arroz escurrido, que para entonces ya estará cocido. Salteamos, Rectificamos de sal, y dejamos templar para que sea más fácil rellenar los pimientos.

Con ayuda de una cuchara, introducimos la mezcla dentro de los pimientos, presionando bien y llenándolos hasta el borde mismo. El relleno queda lo suficientemente compacto para que no se caiga al ponerlos de lado e incluso boca abajo, si no es así, ¡Lo lamentaremos en el siguiente paso!

Batimos el huevo en un plato, y en otro disponemos el pan rallado. Cogemos los pimientos de uno en uno, y boca abajo, mojamos la abertura en huevo, luego en pan rallado, luego en huevo otra vez, y finalmente en pan rallado, presionando bien cada vez que los apoyemos en el pan, para que la tapa quede "sellada". En abundante aceite caliente, pasamos a freír los pimientos, primero boca abajo, apoyando el empanado en el fondo de la sartén, y después por todos lados, procurando que se hagan el mismo y suficiente tiempo por todas las caras. Freímos también las tapas con rabito para adornar.

Si la cena es de postín y somos medianamente mañosos, podemos retirar las pieles de cada pimiento una vez fritos, pero si no confiamos en nuestra destreza, podemos dejar que cada uno las retire en su plato, porque salen muy fácilmente.

Sopa de pescado rápida.

¡Para ese frío que ya se deja sentir por las noches!


INGREDIENTES

Dos cebollas pequeñas.
Una zanahoria.
Un tomate.
Dos dientes de ajo.
Un par de rebanadas de pan duro.
100 g de gambas peladas.
Una lata de berberechos al natural.
Las partes "feas" de una merluza (cabeza y cola).
Una cucharada de té de pimentón picante.

Hacemos un caldo ligero de pescado con los trozos de merluza, una cebolla y la zanahoria pelada, con un pellizco de sal. Lo dejamos cocer 15 minutos a fuego lento, retiramos los trozos de pescado y los dejamos enfriar antes de desmenuzarlos con mucho cuidado de que no vaya ninguna espina.

Mientras tanto, y en un chorro de aceite de oliva, sofreímos la cebolla y los dientes de ajo, unos quince minutos a fuego lento, hasta que la cebolla empiece a dorarse. Añadimos entonces el tomate, y tras otros cinco minutos el pan, cortado en trozos muy pequeños, y lo dejamos tostar(podemos machacarlo con un tenedor para que no se noten los tropezones). Añadimos las gambas peladas y el pimentón, y salteamos un minuto evitando que el pimentón se queme. Añadimos también los berberechos de la lata y el pescado desmenuzado. Cubrimos todo con el caldo de cocer el pescado en tanta cantidad como deseemos, pasándolo antes con un colador, y llevamos a ebullición. Dejamos cocinar unos minutos para que se mezclen los sabores, corregimos de sal, y servimos bien caliente.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Arroz frito al estilo Thailandés

La foto no hace justicia al sabor del arroz. Es una comida muy fragante, muy picante, y sabrosísima. He adaptado la receta a ingredientes que se pueden encontrar fácilmente sin salir de la ciudad.



INGREDIENTES (Para 4 personas)

300 g de arroz jazmín. (Podría ponerse en su lugar arroz Basmati)
Dos filetes finos de pechuga de pollo.
Dos filetes finos de lomo de cerdo.
Cuatro lonchas de bacon ahumado.
Dos cebollas.
Dos cucharaditas de té de pasta de guindilla thailandesa (en la foto)
100 ml de salsa teriyaki.
Sal, aceite vegetal.
Una lima.
Un trozo de jengibre fresco.



Lavamos el arroz enjuagándolo varias veces antes de cocerlo 9 minutos en abundante agua salada. Esto eliminará parte del almidón y permitirá que el arroz cocido no se amalgame. Una vez hecho lo escurrimos bien y le añadimos la corteza de la lima rallada y la albahaca fresca picada. Dejamos enfriar.

Mientras tanto, picamos el bacon y la cebolla en brunoise y la sofreímos en un wok o sartén alta, con un buen chorro de aceite, reservando un tercio de la cebolla para mezclar cruda al final y darle un toque crujiente al arroz. Si no nos gusta la cebolla cruda, la cocinamos toda.

Cuando la grasa del bacon se haya derretido y la cebolla esté dorada, añadimos la pasta de guindilla, el gengibre pelado y rallado (la cantidad depende de lo mucho que nos guste su sabor, yo suelo echar un trozo del tamaño de un azucarillo por persona, pero puede añadirse menos cantidad), y el zumo de la lima. Salteamos unos minutos y añadimos las carnes, también picadas en trozos muy pequeños. Yo he probado en varios tamaños, y cuanto más pequeños sean los trozos, más impregnados quedan de los demás sabores y aromas, por lo tanto, más ricos.

Cuando la carne cambie de color, añadimos la salsa teriyaki (que podemos sustituír por salsa de soja y una cucharada de postre de azúcar), y dejamos cocinar unos cinco minutos más, salteando o removiendo sin parar.

Justo antes de servir, ahuecamos el arroz ya frío con un tenedor, para separar los granos, y lo añadimos al wok o sartén para saltearlo y mezclar con la salsa. Si hemos reservado parte de la cebolla cruda, es el momento de añadirla también.

¡Servir con abundante bebida y ensalada fresca para aliviar los picores de la guindilla!

jueves, 10 de septiembre de 2009

Torta provenzal



Yo he hecho dos tortas: Con queso, tomate concentrado,albahaca, aceitunas negras y sésamo uno, y anchoas, aceitunas negras y romero el otro. Podeis añadir vuestros ingredientes favoritos, cebolla, ajo, pipas, aceitunas verdes, perejil...



INGREDIENTES:

500 gramos de harina.
300 g. de agua.
50 g de aceite de oliva virgen.
15 g de levadura de panadería prensada.
10 g de sal.
Condimentos y hierbas variadas.

En un cuenco grande, amasamos todos los ingredientes menos los condimentos, hasta formar una masa elástica que se despegue de las paredes. La dejamos reposar en un sitio cálido y tapada con un paño limpio, una hora apróximadamente.



Transcurrido ese tiempo, amasamos ligeramente y dividimos la masa en dos trozos. Con la ayuda de un rodillo y sobre una superficie enharinada, aplanamos cada una de las piezas en unas tortas de un cm de grosor aproximadamente. Distribuímos sobre ellas los condimentos, y plegamos los bordes hacia dentro hasta formar un paquetito.

Volvemos a pasar el rodillo aplanando la masa hasta formar una nueva torta de un centímetro de grosor, le hacemos unos cortes que atraviesen la masa del todo, y dejamos reposar otra vez, en esta ocasión dos horas. Cuanto más cálida sea la habitación, antes levará el pan, pero recordad los impacientes que a una temperatura superior a los 50º la levadura muere y no fermenta. Lo digo por si a alguien se le ocurre poner el pan a levar en el horno caliente para acelerar el proceso.

Al cabo de este tiempo tendremos unas tortas de unos 4 cm de grosor. Podemos pintarlas con aceite y espolvorearlas con semillas de sésamo, amapola, o hierbas picadas. Las horneamos a 200º (horno precalentado) durante 15 minutos. Mejor con algo de humedad en el horno: Para ello colocaremos un recipiente resistente al calor lleno de agua. Para comprobar que el pan está hecho no nos podemos fiar sólo del color de la corteza. Al golpeado tiene que sonar hueco, y si aún no estamos seguros... ¡Dadle un mordisco! ¡Caliente está buenísimo!

Pastel de mascarpone y peras caramelizadas

Los ingredientes de esta receta dan para tres moldes bajos de 15 cm de diámetro. En teoría se sirve caliente y recién hecho para que esté esponjoso, pero nosotros lo hemos probado frío y al día siguiente, y también está muy rico aunque bastante más compacto.



INGREDIENTES

180 g de queso mascarpone.
2 peras pequeñas.
50 g de azúcar.
2 huevos.(Sobrará una yema)
30 g de maicena.
Esencia de vainilla (o media vaina).
Mantequilla.
Canela en polvo.

Engrasamos los moldes con mantequilla y los espolvoreamos de azúcar. Reservamos.

Con una cucharada de mantequilla y una de azúcar, y en una sartén antiadherente, salteamos las peras peladas y laminadas, añadiendo al final unas gotas de esencia de vainilla. Las dejamos caramelizarse a fuego fuerte cuidando de que no se quemen, y cuando estén doradas las reservamos.

Calentamos el queso mascarpone, añadiendo el azúcar. Mezclamos bien con varillas, y añadimos la maicena desleída en un poco de agua o leche. Seguimos batiendo con las varillas a fuego lento hasta que espese la mezcla y obtengamos una consistencia de bechamel ligera. Retirar del fuego y dejar enfriar.

Separamos las claras de las yemas, y añadimos una yema a la mezcla de queso, una vez templada, removiendo sin parar hasta su completa integración.

Colocamos los trozos de pera en el fondo, procurando hacer un dibujo bonito (al desmoldar el pastel será esta la parte superior), y vertemos también el jugo resultante de caramelizar las peras.

Por otro lado, montamos las claras a punto de nieve, y añadimos a la mezcla de queso, azúcar y maicena. En este paso es muy importante no batir para mezclar, si no ir moviendo muy suavemente con una cuchara o lengua de silicona hasta que todo esté integrado. Si usásemos varillas o removiésemos muy bruscamente, las claras se bajarían y el postre perdería su esponjosidad.

Vertemos la mezcla sobre los moldes con las peras en el fondo, y horneamos 15 minutos a 180 Cª. El postre sube pero al enfríar vuelve a bajar.

Servir desmoldado y espolvoreado con canela.


También se puede hacer una tarta de queso sin las peras, en este caso añadiremos 10 g de azúcar a la crema para sustituír el punto dulce de la fruta caramelizada.

Truchas con jamón y almendras.

En teoría hay que gratinarlas antes de servir para que se tuesten un poco las almendras, pero el comensal principal llegó antes de tiempo con el estómago vacío y nos las zampamos así de blanquitas.



INGREDIENTES (Un poco al tuntún, que en esta receta no hace falta ser precisos)

Una trucha de ración por persona.
Un puñadito de almendras fileteadas por persona.
Una loncha de jamón serrano por persona (y una más para decorar).
Un diente de ajo por cada dos personas.
Sal.
Harina.
Aceite de oliva.
Vino blanco.
El zumo de medio limón por cada dos personas.

Una vez limpias y saladas las truchas, introducimos una loncha de jamón serrano en el hueco de las tripas, las enharinamos, y las freímos en abundante aceite de oliva.

Mientras tanto y en otro chorrito de aceite de oliva, freímos el ajo picado muy fino, las almendras fileteadas y un poco de jamón también picado muy pequeño. Cuando las almendras comiencen a dorarse, se añade el zumo de limón y el vino blanco. Dejamos evaporar el alcohol, y retiramos del fuego.

Una vez fritas las truchas, las colocamos sobre la guarnición (patatas fritas en este caso), y por encima esparcimos las almendras.

Gratinamos a horno fuerte unos minutos, hasta obtener un color dorado por la parte superior.

martes, 1 de septiembre de 2009

Salmón con hierbas a la plancha.



INGREDIENTES

Un diente de ajo machacado.
Una cucharada (de café) de tomate concentrado.
Una pizca de pimienta blanca.
Una cucharada (de café)de mostaza en grano.
Una cucharada (de café) de romero muy picado.
Una cucharada de salsa de soja.
Una pizca de sal.
Unas gotas de aceite de oliva.

Un lomo de salmón por persona.

Mezclar todos los condimentos en un cuenco hasta obtener una pasta. Pintar los lomos de salmón con esta pasta y cocinarlos en una plancha o sartén antiadherente. Primero a baja temperatura, y subiendo al final para dorar. El tiempo depende del grosor de la pieza. Comprobar que esté cocinado por dentro abriendo con cuidado la carne con un cuchillo afilado.

Combina muy bien con las Patatas Monfero.

Patatas Monfero



Monfero, Paraíso de perritos hambrientos, gatos sin hogar, gnomos de jardín repudiados, y como no, paladares humanos exigentes. ¡Como los nuestros!



La primera vez que probé estas patatas al horno fue en el jardín de la foto. Yo pensaba que ese sabor estupendo era gracias en parte al idílico entorno, pero no. Una vez las hice en casa, pudimos comprobar que el zumbido de las abejas y el perfume de la lavanda sólo es un excelente acompañamiento de este sencillo manjar; no un ingrediente imprescindible.

INGREDIENTES (para 2 personas)

4 Patatas no muy grandes de buena calidad.
Una cebolla.
Un chorrito de aceite de oliva.
Sal.

Freímos la cebolla cortada en juliana en un buen chorro de aceite de oliva.

Picamos las patatas: Es mejor que las patatas sean pequeñas para que queden bonitas en el plato. Se cortan a la mitad, y se filetean sin que se desordenen los trozos. Los pasamos (con la ayuda de una espátula o del mismo cuchillo) a la bandeja del horno de manera que no queden amontonadas. Espolvoreamos un pellizco de sal al gusto (Teniendo en cuenta si ya hemos salado la cebolla frita).

Se esparce por encima la cebolla frita con su aceite, y se meten al horno (suave, unos 150º) durante media hora. Si se desean más tostadas, los últimos minutos se sube la temperatura del horno.