jueves, 14 de octubre de 2010

Albóndigas en salsa cebollera y pimiento rojo frito.

Redonditas, calentitas, con salsita para mojar... mmmm ¡Ya está aquí el otoño!



INGREDIENTES

Para unas 20 albóndigas...

300 g. de carne picada mixta.
Una yema de huevo.
Dos dientes de ajo pelados y machacados.
Dos rebanadas de pan de molde.
Un cuarto de cebolla picada en brunoise.
Perejil, pimienta y sal.
Un poco de leche para remojar el pan.
Aceite de oliva para freír.
Harina para rebozar.

Para la salsa...

Tres cebollas grandes.
Aceite de oliva.
Un vasito de vino blanco.
Sal.
Aceite de oliva.

Mezclamos en un bol la carne, la yema de huevo, los condimentos, y la miga del pan previamente remojada en leche y escurrida. Amasamos con las manos (es mucho más agradable si la carne está a temperatura ambiente) hasta que todos los ingredientes estén perfectamente mezclados. La cebolla ha de estar picada muy, muy fina, cuanto más mejor, para que no se encuentren los pedazos en la boca, pero sí aporte jugosidad a la albondiga. Si la mezcla nos ha quedado muy blandita (porque no hemos escurrido bien el pan o porque el huevo tenía la yema muy grande), podemos ir añadiendo un poco de harina, pero sin pasarnos o quedarán muy duras al cocinarse.

Hacemos bolas del tamaño deseado, procurando que sean todas iguales (por estética), y las rebozamos en harina antes de freírlas a fuego bastante fuerte. Cuando estén doradas las retiramos a una fuente con papel absorbente en el fondo para que se libren del exceso de aceite. Reservamos.

Mientras, en una olla ancha, y con un par de cucharadas de aceite (podemos reutilizar el de freír las albóndigas si no se nos ha quemado), pochamos la cebolla con una puntita de sal a fuego lento durante diez o quince minutos, que se dore poco a poco pero sin quemarse. Cuando se haya vuelto marrón caramelo y empiece a deshacerse, añadimos la copita de vino blanco (y una hoja de laurel si nos gusta el sabor). Dejamos reducir durante unos minutos más, y trituramos con la batidora. Añadiremos agua o mejor aún caldo, si tenemos, mientras seguimos dándole a la batidora, hasta obtener una textura cremosa donde terminarán de cocer las albóndigas. Para ello las echamos en la olla y las dejamos a fuego muuuuy lento unos minutos más.

En este momento, justo antes de servir, podemos picar el pimiento en pequeños cuadraditos, y dejarlo caer encima de cada ración, una vez emplatada.

Se pueden acompañar de patatas fritas, arroz en blanco o puré de patatas. ¡Ah!¡Y al día siguiente están igual de buenas!

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