jueves, 24 de junio de 2010

Básicos: Arroz blanco.

Un plato tan humilde... y sin embargo tan rico y que combina con casi cualquier cosa.



INGREDIENTES:

Una medida de arroz (yo uso un vaso para cada dos personas)
Dos medidas de agua.
Una cucharadita de té de sal.
Un diente de ajo.
Un chorro de aceite de oliva.

Esta manera de cocinar el arroz en blanco tiene como resultado un arroz compacto, rico en almidón y jugoso, jugoso. Ideal para comer con huevos fritos y tomate, o cualquier salsa. No lo recomiendo para acompañar platos orientales, ni para hacer ensaladas.

En una cacerola sofreimos los dientes de ajo. Si nos gusta mucho los picaremos para que se mezclen con el arroz, pero si sólo queremos darle un aroma los sofreímos enteros y los retiramos antes del siguiente paso.

Cuando empiecen a amarillear, sin tostarse todavía, añadimos el arroz, y removemos bien, haciendo que todos los granos se impregnen de aceite. Rehogamos un minuto (de ahí que no dejemos tostarse el ajo antes de añadir el arroz, para que en estos instantes en los que rehogamos el arroz, no llegue a quemarse), y añadimos el agua, mejor si está ya caliente, a punto de hervir.

Salamos, removemos hasta que comience la ebullición, y bajamos al mínimo posible sin que deje de hervir. Dejamos de remover entonces, y tras 20 minutos cociendo a fuego moderado estará listo. Dejamos reposar unos minutos, y servir.

3 comentarios:

  1. Me encanta el arroz blanco y lo preparo como tú. Te ha quedado fantástico.
    Un besiño.

    ResponderEliminar
  2. Arroz y huevos, matrimonio perfecto :)

    ResponderEliminar
  3. Me encanta el arroz blanco... así como lo has preparado...
    Besitos

    Norellys

    ResponderEliminar