domingo, 20 de marzo de 2011

Savarín de coco con fresas y nata

El savarín o "Babá" no es más que un bizcocho de masa fermentada empapado en un almíbar generalmente alcohólico, que se hornea con forma de corona y cuyo centro se rellena con frutas y nata o chantilly.



INGREDIENTES
20 g. de levadura prensada.
350 g. de harina de trigo.
100 ml de leche templada.
4 huevos.
40 g. de azúcar.
esencia de vainilla y sal.
100 g de mantequilla o margarina.

Para el almíbar necesitaremos medio litro de agua, 200 ml de ron de coco (Malibú en este caso), 50 ml de vino blanco y 200 g de azúcar.

Fresas y nata montada.



Tamizamos la harina en una fuente profunda, y hacemos un hoyo en el centro. Ahí verteremos la leche templada y desharemos en ella la levadura prensada, mezclando un poco de harina de los bordes del volcán. Dejaremos fermentar esta mezcla unos 20 minutos hasta que veamos que la superficie tenga burbujas saliendo a flote.

Batimos los huevos con el azúcar, la esencia de vainilla y una pizca de sal, agregamos la mantequilla derretida, y añadimos esta mezcla al bol de la harina y el fermento. Mezclamos bien todos los ingredientes ya juntos, lo que nos dará como resultado una masa bastante fluída, y la dejamos fermentar otros 20 minutos.



Echaremos la masa semifermentada en un molde para savarín (una corona de silicona o metal) previamente engrasada, cuidando de no llenarla más de la mitad de su capacidad, y dejamos terminar de fermentar una hora más, o hasta que suba y doble su volumen.

Hornearemos 40 minutos a 200 grados, cuidando de que no se queme cubriendo el molde con un papel de aluminio si es necesario. El bizcocho quedará mucho más bonito si no lo dejáis tostar tanto como el mío, quizá 30 minutos sean bastante. Para este punto en concreto nos vendría bien conocer ya el molde y nuestro horno de preparaciones anteriores, yo era la primera vez que usaba la corona para este tipo de masas.

Una vez cocido lo dejaremos enfriar sobre una rejilla mientras preparamos el almíbar:

Hervimos el agua, los licores y el azúcar unos minutos, y lo vertemos en una bandeja alta donde quepa nuestro savarín. Lo introducimos (ya desmoldado, claro) en el líquido y dejamos que lo absorba lentamente. Este proceso puede llevar toda una noche.

Cuando esté completamente empapado, lo colocamos en la bandeja de servir y rellenamos con las fresas cortadas en dados y la nata montada. Si el postre no se va a comer en el día, recomiendo montar la nata con una pizca de ácido ascórbico (estabilizante) para que se mantenga firme más tiempo.

Si queremos darle un aspecto brillante a nuestro savarín, podemos pintarlo con un almíbar espeso (misma cantidad de agua que de azúcar) o mermelada.

2 comentarios:

  1. qué delicia!!! y te ha quedado perfecto ;)

    Salu2, Paula
    http://conlaszarpasenlamasa.cultura-libre.net
    http://galletilandia.blogspot.com

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  2. Dios con lo que me gusta el coco yme veo esta peazo delicia. Me la llevo jajaja. Un besazo.

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