lunes, 9 de enero de 2012

Petit-choux

Los reyes magos me han traído una estupenda manga pastelera, y la he estrenado con estos petit-choux que hoy traigo para vosotros. Es una receta un poco laboriosa pero como siempre yo me las apaño para hacerlo todo más fácil...Pasad y leed...


INGREDIENTES (Para unas 24 unidades)

125 ml de leche.
125 ml. de agua.
90 g. de mantequilla.
180 g. de harina.
Un pellizco de sal.
4 huevos.

Ponemos a hervir la leche, el agua, la mantequilla y la sal, hasta que la mantequilla se derrita por completo. Entonces volcamos toda la harina de un golpe (como cuando hacemos churros) y removemos con fuerza hasta que la masa se despegue de las paredes formando una bola. Retiramos a una fuente y dejamos templar.

A continuación viene el paso más engorroso de todo el proceso, y es integrar los huevos en la masa cocida. Lo haremos de uno en uno porque de golpe es todavía más difícil, la mezcla no absorbe el huevo fácilmente, si no que se convierte en algo así como un montón de trocitos de masa lubricados por huevo. Hay que ser constante y paciente e ir aplastando los pedazos con una cuchara de palo hasta que todo quede perfectamente homogéneo, y cuando lo hayas conseguido, añadir otro huevo y seguir así hasta terminar con los cuatro. O... quizá... y ahí va mi truco: Si tienes las manos muy limpias, que para cocinar es requisito indispensable (o unos guantes de látex) y tan poca paciencia como yo, puedes meter las manos en la masa y estrujarla dentro de los puños. Es increíble lo rápido que se avanza con este método. Coges un puñado, lo aprietas dejando que salga entre los dedos, coges otra vez... en un minuto tienes la masa perfectamente lisa, homogénea y perfecta. Lo peor de " mi manera" es limpiarte las manos después aprovechando todo lo que se te ha quedado pegado. ¡Con lo que me gusta a mí trabajar con las manos!



Una vez lista la pasta para los petit-choux, sólo queda poner a calentar el horno a 220 Cº y formarlos sobre un papel vegetal sobre la bandeja del horno.(Yo usé diferentes boquillas porque lo que quería en realidad era estrenar la manga pastelera). Si te gustan redonditos, puedes colocarlos cucharada a cucharada.

Los hornearemos cerca de 20 minutos a 220 grados, cuidando de que no se quemen los picos que se hayan formado si los has hecho con manga (puedes aplastarlos con el dedo antes de meterlos en el horno, para que queden menos puntiagudos).

Es importante no abrir la puerta del horno durante la cocción, porque si se desinflan estará todo el trabajo perdido.



Una vez dorados e inflados, dejaremos enfriar y los rellenamos de lo que más nos guste (estarán huecos por dentro). Hoy los he hecho de crema pastelera y los he decorado con azúcar glasé y canela en polvo.

2 comentarios:

  1. No sé con qué quedarme, sin con las judías de tu abuela, con el peazo risotto marinero (me flipan los risottos), o a los petit choux. Tengo el proyecto de aprender a hacer o bien esto o bien lionesas, la masa de los tuyos está diciendo cómeme. Un besote.

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  2. Pues anímate, porque la única dificultad de esta masa es integrar el huevo, y aguantar la tentación de abrir el horno a ver como va, así que si eres un poco disciplinada y no te importa amasar con las manos, lo harás en un periquete.

    Acabo de ver tus patatas viudas y tengo que decirte que mi abuela también las cocinaba, pero como tú bien dices, más caldosas, y con un puñado de arroz y una hoja de laurel. A pesar de su sencillez es uno de mis guisotes preferidos :D

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