INGREDIENTES:
Flores de calabacín.
Preparado para tempura ó
harina de trigo y agua fría.
Sal.
Aceite de oliva.
Al ser recolectora propia, tengo la opción de escoger, y este año por escasez de plantas de calabacín, sólo he recogido un ramillete de flores, y además sólo algunas macho, para dejar que las hembras desarrollen el fruto (Aunque sólo ha sido en beneficio de caracoles y babosas, pero ese es otro tema). Podemos distinguir las flores macho de las hembras en que las primeras tienen el peciolo (rabito) más largo, sin ningún tipo de engrosamiento en la base de la flor, y las hembras, además del peciolo corto, en cuanto se fecundan comienzan a desarrolar el fruto en la base de la flor, sin que ésta se estropee enseguida. Estos "minicalabacines" con sombrero floreado también pueden rebozarse y comerse en tempura, y están deliciosos, incluso mejores que las flores macho que yo he utilizado.
Después de remojar las flores en agua (con unas gotas de vinagre, para que los insectos se desprendan mejor), lo único que hay que tener en cuenta antes de ponerse a rebozar, es retirar los sépalos (esas hojitas verdes que nacen bajo los pétalos amarillos) y los estambres, que en estas flores se encuentran soldados en una sola pieza, en el interior de los pétalos (En caso de ser flores hembra, retiraremos el pistilo). Este órgano sexual no lo retiramos por impúdico, que también, si no porque sabe amargo y está muy duro.
Después de estos sencillos pero necesarios pasos, sólo hay que dejarlas secar bien, impregnarlas en harina seca, y luego pasarlas por la tempura (Masa compuesta de harinas que se mezclan con agua muy fría) y freirlas en aceite muy caliente, retirandolas a medida que se vayan dorando.