viernes, 30 de enero de 2009

Arroz frito con verduras

Acompañamiento clásico para las cenas chinas.

INGREDIENTES


Dos zanahorias.
Guisantes congelados o en conserva.
Brotes de soja cocidos o en conserva.
Dos huevos.
Una cucharada de café de Aji-no-moto (glutamato monosódico).
Una taza y media de arroz.
Dos cucharadas de aceite de sésamo (girasol en su defecto)


En una cacerola con abundante agua ponemos a cocer el arroz, la zanahoria (pelada), y los guisantes si éstos están crudos. Mientras tanto, en una sartén hacemos un revuelto con los dos huevos.
Cuando el arroz esté cocido, se escurre en un colador grande, y las zanahorias se cortan en dados pequeños.
Momentos antes de servir, y en una sartén muy honda o wok pintado de aceite, se saltea el arroz mezclándolo con la zanahoria, los guisantes cocidos, los brotes de soja y el huevo revuelto. Se condimenta con el aji-no-moto y se sirve bien caliente.
Este salteado de arroz también admite otras verduras como calabacín, pimiento, cebolla, berenjena o brócoli. Si además le añadimos un par de cucharadas de curry en polvo en el último paso, tendremos un arroz con verduras al curry la mar de fragante.

Pollo con limón al estilo chino


INGREDIENTES
Pechuga de pollo.
Harina para rebozado "tempura" o harina normal + levadura.
Sal y pimienta.
El zumo de dos limones y otro para decorar.
Agua (la mitad que zumo).
Tres cucharadas soperas de azúcar blanco.
Media cucharadita de Aji-no-moto (Glutamato monosódico)
Espesante instantáneo para salsas.


Esta deliciosa salsa no tiene ningún secreto. El zumo de dos limones lo rebajamos con la mitad de agua, y llevamos al fuego. Añadimos el azúcar y el aji-no-moto (Este ingrediente, que también menciono en otras recetas asiáticas, se consigue en bazares chinos que tengan sección de alimentación). Una vez que se haya disuelto todo, añadimos el espesante instantáneo sin dejar de remover. La cantidad de espesante depende de la consistencia que deseemos para la salsa. Mejor pecar de escasos que de generosidad. Si queda demasiado líquida siempre podemos añadir más.
Rebozamos las pechugas ya salpimentadas (En filetes o en taquitos) con la harina para tempura, siguiendo las instrucciones del fabricante, o en un rebozado casero de harina con levadura, sal y agua (Fría, muy fría). Freímos en abundante aceite.

Para servir podemos optar por llevar las pechugas napadas con la salsa y unas ruedas de limón por encima, o la carne en una bandeja, con la salsa aparte, para que cada uno se sirva las cantidades que quiera. Yo prefiero lo segundo porque así el rebozado crujiente no se reblandece y se pueden servir otro tipo de salsas (agridulce, por ejemplo) para acompañar.

Bambú con setas chinas

Uno de mis platos favoritos de los restaurantes chinos. Muy sabroso pero no apto para todos los paladares por el fuerte sabor de las setas, que por cierto dicen que son muy buenas para la salud: Ayudan a reducir el nivel de colesterol y están estudiando sus propiedades anticancerígenas.


Hasta hace pocos años el bambú era difícil de encontrar y ya ni mencionar las aromáticas setas chinas (Shiitake); pero ahora en algunos supermercados podeis encontrar ambos ingredientes (Brotes de bambú en Erosky, sección de verduras enlatadas, y shiitake en el supermercado de El corte inglés ¡Frescas!, en el que también suele haber bambú en conserva).

Bueno, después de estos breves momentos publicitarios, ahí va la receta. Dificultad... inexistente, es en realidad una receta muy fácil.

INGREDIENTES

Bambú.
Setas chinas (Lentinus edodes, también llamadas Shiitake), deshidratadas o frescas.
Una cebolla.
Un par de zanahorias.
Medio vaso de Salsa de soja.
Una cucharadita de café de Aji-no-moto (También llamado "sal china", que es en realidad Glutamato monosódico).
Dos cucharadas de aceite de girasol o de sésamo.
Espesante instantáneo para salsas. (opcional)

En una sartén bien honda salteamos la cebolla cortada groseramente y la zanahoria en rodajas más bien finas. Mejor usar aceite de girasol o de sésamo porque el aceite de oliva le daría demasiado sabor.
Cuando las verduras estén tiernas, añadimos el bambú (que ya viene cocido) y las setas cortadas en cuartos (las cantidades de estos ingredientes dependen del gusto del consumidor) y salteamos durante unos minutos. Si las setas las hemos comprado deshidratadas, hay que dejarlas sumergidas en agua varias horas antes de su uso.

A continuación agregamos la sal china y regamos con la salsa de soja, que dejaremos reducir tres o cuatro minutos más. Si la salsa nos gusta un poco espesa, recurrimos al espesante instantáneo, añadiéndolo a la sartén sin dejar de remover.

¡A comer!

miércoles, 28 de enero de 2009

Trenza de avellanas

Esta receta la adapté de un viejo libro de cocina que andaba por casa. La original era una trenza hecha con levadura fresca y por tanto masa fermentada, pero como no tenía la adapté a la levadura en polvo y salió esto:



INGREDIENTES

Para la masa:

500 g de harina.
100 g de mantequilla ablandada.
Un sobre de levadura (yo usé Royal).
1/4 de leche tibia.
100 g de azúcar.
2 huevos.
La corteza rallada de un limón.
Una pizca de sal.


Para el relleno:

200 g de avellanas (o nueces) molidas.
200 g de azúcar.
2 claras de huevo.
4 cucharadas de leche.


Tamizar la harina mezclada con la levadura y la sal en un cuenco. Añadir la mantequilla en trozos, la corteza de limón, los huevos y la leche. Amasar añadiendo leche o harina según veamos la consistencia. Tiene que quedar una masa muy modelable.

Mientras reposa, hacemos el relleno: Unimos las avellanas molidas, el azúcar, las claras (batidas aunque sin llegar a punto de nieve, no es necesario) y la leche, hasta que quede una mezcla homogénea.

Ahora viene lo único complicado de la receta, que es ¡Explicar como se hace la trenza! Hacerlo no es difícil, sólo describir como se hace (debería haber tomado más fotos).

Intentémoslo: dividimos la masa en tres partes iguales. Extendemos cada una de ellas sobre una superficie enharinada dándoles forma de tres rectángulos iguales el triple de largos que de anchos aproximadamente. Las cubrimos con un tercio del relleno, sin que quede una capa demasiado generosa. Tampoco es muy importante que esté perfectamente repartida. A continuación enrollamos cada lámina por su parte más larga, hasta formar los tres brazos que formarán la trenza.

Ya en la bandeja de hornear (cubierta con papel sulfurizado), y con un cuchillo MUY afilado y enharinado, hacemos un corte longitudinal en cada brazo, aproximadamente en dos terceras partes de su profundidad. Con los dedos y con cuidado abrimos el corte hasta que se vean bien las capas interiores de masa y de relleno. Al crecer gracias a la levadura es lo que dará ese aspecto apetitoso y complicado (ya veis que no lo es) al pastel.

Unimos entonces los tres extremos de los brazos y doblamos hacia abajo, y ahora todo depende de la maña de cada uno; trenzamos las tiras y rematamos el otro extremo también doblando hacia abajo.

Horneamos a altura media unos 40 minutos a 190º. Si se tuesta demasiado la cubrimos con papel sulfurizado o de aluminio.

Para darle brillo la podeis pintar (una vez tibia) con mermelada o con clara de huevo batida.

jueves, 22 de enero de 2009

Tarta de manzana

Este pastel era el favorito de mi abuelo, así que fue uno de los primeros que aprendí a hacer. Desde los 15 hasta ahora, que cumplo los 31 en cuatro horas aproximadamente, la receta ha variado poco en el fondo pero mucho en la forma, ganando en horterez y brillo. En diez años forraré el sofá de ganchillo y en 20 dejaré caer las gafas hasta la punta de la nariz. Mientras tanto, estiro mis últimas horas de los 30 haciendo mi propia tarta de cumpleaños.


INGREDIENTES

Para la base (pasta sable):
2 yemas de huevo.
100 gramos de azúcar glass.
200 de harina.
100 de mantequilla en pomada.
Unas gotitas de esencia de vainilla.

Crema pastelera (la rápida con maicena):

Una yema.
250 ml de leche.
Azúcar al gusto.
Vainilla y limón.
Una cucharada colmada de maicena.

Varias manzanas peladas, descorazonadas, y fileteadas (rociadas con zumo de limón para que no se oxiden).
Mermelada de manzana o cualquier otra fruta que no sea roja.

Amasamos en un bol todos los ingredientes de la base, hasta formar una pasta muy moldeable que podemos dejar reposar para que se endurezca un poco. La aplanamos con la ayuda de un rodillo y forramos con ella el molde para tartas.


Antes de rellenarlo es mejor hornear un poco la base sola, y podemos hacer dos cosas para que los laterales no se desmoronen con el calor: llenar la tarta con alubias o garbanzos, solución que he leído y oído muchas veces pero que nunca he llevado a cabo porque me dan pena las pobres legumbres, o forrando el interior del molde con una doble capa de papel albal, dejando la masa aprisionada entre el molde en sí y el papel de aluminio. Hasta ahora siempre me ha dado resultado.
Reflexionando sobre mi edad, me he puesto nostálgica de mis años de plastilina y plastidecores, y he modelado unos adornitos monisísimos con los recortes de la masa.


La crema pastelera rápida es muy fácil de hacer: Hay que calentar la leche con la cáscara de limón y la vainilla y dejar que éstos ingredientes suelten sus aromas. En unos minutos lo retiramos de la leche y añadimos el azúcar removiendo hasta que se disuelva. En un cuenco mezclamos las yemas, un poco de leche fría y la maicena, y disolvemos bien. Esta mezcla la vertemos poco a poco sobre la leche a fuego lento, removiendo sin cesar para que no se pegue ni se formen grumos. La crema espesará a toda velocidad.

Cuando terminemos, la base de la tarta ya estará hecha (15 min a horno suave, aprox), así que podemos sacarla de horno y cubrirla con una capa de crema pastelera. Y ahora viene lo esencial en una tarta de manzana: ¡La manzana! Esta vez me he inclinado por una forma de rosa casi tan hortera como los adornitos.


He espolvoreado canela por encima, y la he metido al horno. Otros 20 minutos a 160º más o menos. Casi al final un golpe de horno fuerte para dorar.
Por último, y para darle brillo y esplendor, he pintado la tarta (con cuidado, que se le caían los pétalos) con mermelada de higos casera, otra generosa donación de Helena, la madre de mi sufrido compañero de fatigas, el cual, por cierto ¡Espero que no se olvide de felicitarme el cumpleaños!

Ensalada templada de sepia y setas

Tengo una buena amiga que en cuestión de ensaladas, se ciñe a una de las definiciones de la palabra, y es la siguiente: "1. f. Hortaliza o conjunto de hortalizas mezcladas, cortadas en trozos y aderezadas con sal, aceite, vinagre y otras cosas."

En este caso siento desilusionarla porque hoy me voy a referir a la segunda definición de la R.A.E que es "2. f. Mezcla confusa de cosas sin conexión." Aunque en este plato hay unas protagonistas indiscutibles que destacan entre el batiburrillo, y que ahora que me fijo, bien podrían ser los equivalentes marinos de nuestras terrestres garrapatas (por su forma, no por sus hábitos, claro). Me refiero, obviamente, a las sepias.




Si hay alguien que todavía se atreva con ella después de esta desafortunada comparación, ahí va la receta, y tened en cuenta que el truco para que salga bien es que el tomate esté caliente pero no cocinado, y en cambio la sepia sí que esté bien hecha, o estropeará el plato con una textura pegajosa y poco firme típica de los cefalópodos.


INGREDIENTES

Una sepia grandecita por persona, limpias.
Lechuga (mis favoritas son la Trocadero y la Batavia, aunque puede usarse cualquiera).
Tomates maduros pelados.
Setas de cardo.
Bacon o jamón en tiras.
Gambas.
Ajo picado finamente o ajo seco en polvo para los vagos.
1 Cebolla grande.
Vino blanco.
Sal y pimienta, perejil.


Picamos y sofreimos la cebolla a fuego medio hasta que esté transparente, y añadimos el bacon, el ajo , las setas y los tentáculos de las sepias picados en trozos pequeños. Podemos dejar alguna seta entera para decorar pero luego tendremos que pasarlas a la plancha. Lo dejamos cocinarse después de añadir un chorro de vino blanco y salpimentarlo, y cuando esté a nuestro gusto (a algunas personas las setas le gustan muy hechas, a otras les gusta que conserven su textura), lo dejamos enfriar para poder manipularlo mejor.


Una vez que esté tolerablemente tibio, rellenamos las sepias con esta mezcla. (Yo lo hago con las manos, si sois más curiosos y manejais bien las cucharas, podeis saltaros este paso, y si sois tan chapuceros como yo, aprovechareis para montar el resto del plato) Ha de sobrar un poquito de este relleno para mezclar con la lechuga y el tomate.


Troceamos la lechuga y la colocamos en el centro de la fuente, pelamos y troceamos el tomate y cocemos las gambas. Ahora podemos hacer una pausa y esperar por los comensales porque este plato hay que servirlo recién hecho.


Cuando ya estén todos sentados en la mesa, se cocinan las sepias rellenas. A la plancha o en una sartén con el fondo manchado de aceite de oliva, y mientras tanto, en otra sartén calentamos la mezcla de setas, jamón y tentáculos, y le añadimos las gambas cocidas y los trozos de tomate. Fuego fuerte un minuto para que todo se caliente pero el tomate no se cocine.


Servir las sepias rociadas con zumo de limón y la mezcla caliente por encima de la lechuga. Añadir unos hilos de aceite de oliva virgen por encima y ¡A la mesa!

Alfajores de dulce de leche

Dulce típico de Argentina delicioso y ¡engordante! . Dificultad media. Lo más importante es controlar la temperatura y el tiempo de horneado, para que los alfajores queden hechos pero no se tuesten. La primera bandeja tuve que tirarla porque el horno estaba demasiado caliente y la masa se desparramó y se tiñó de un marrón poco apetitoso. Por lo demás la elaboración es bastante fácil.


INGREDIENTES

200 gramos de mantequilla, manteca, margarina o mezcla.
150 gramos de azúcar glass
300 gramos de harina de maíz refinada
3 yemas de huevo.
1 sobre de levadura en polvo
Cáscara de limón rallada

Dulce de leche para el relleno
Coco rallado para decorar

Mezclar las harinas con la levadura.
Batir la mantequilla (quizá haya que ablandarla antes) con el azúcar y le añadimos el limón rallado. Unir las harinas a la crema resultante y amasar todos los ingredientes añadiendo las yemas una a una. Una vez que esté todo ligado y forme una masa consistente, la dejamos reposar 20 minutos.

Una vez pasado ese tiempo y sobre una superficie enharinada, extendemos la masa en láminas de medio centímetro de grosor, y formamos unos discos con la ayuda de un cortapastas o un vaso con el borde enharinado. Hornear sobre papel sulfurizado o aluminio enharinado unos 15 minutos a 160º, sin dejar que las pastas se lleguen a dorar apenas.

Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre la bandeja, ya que en este momento los alfajores son muy quebradizos.

Cuando enfríen y con la ayuda de una manga pastelera, los rellenamos generosamente. Yo he improvisado una haciendo un cucurucho con un folio grueso. Es conveniente que el dulce de leche esté bastante cocido, para que no se desparrame demasiado. El que he utilizado lo había hecho la madre de Antonio y lo ha cedido generosamente para esta receta.


Unimos bien dos alfajores con el dulce de leche, no apretando, porque la pasta se rompería, si no frotándolos suavemente hasta que queden bien pegados, y finalmente los decoramos : en un plato hondo con abundante coco rallado los hacemos rodar aplastando ligeramente el dulce de leche que se haya desbordado.

También se pueden bañar en chocolate negro o blanco en vez de decorarlos con coco.

¡Qué aproveche!